Queridos hermanos:
Hace algún tiempo en una reunión..., una de los presentes me hizo esta sugerencia: “Usted que escribe libros, ¿no podría sacar uno con las principales dificultades que nos ponen los evangélicos?”
Aquel día nació la inquietud de hacer este librito. Había que preparar algo para que los católicos pudieran defenderse de los embates de las sectas. Es un hecho que las sectas pasan por las casas y hacen una gran labor proselitista, muchas veces basándose en la poca o ninguna cultura bíblica de muchos católicos, que no saben qué contestar a las preguntas y dificultades que les plantean los evangélicos, Testigos de Jehová, etc. Y fácilmente los dan vuelta y los cambian de religión.
Y, ¿cómo se hizo este trabajo? Se hizo juntando el carisma de dos sacerdotes, el del P. Pablo Dierckx y el del P. Miguel Jordá. Los dos nos convencimos de esta urgente necesidad pastoral y nos pusimos manos a la obra. El P. Pablo es un franciscano que trabaja en la comunidad altiplánica de Iquique y cada cierto tiempo escribe una carta a sus feligreses para que profundicen algún tema y lo estudien. Después de conocer aquel material, le propuse a mi amigo Pablo redondear aquellos Temas y editarlos para que le sirviera a todo Chile.
Y así lo hicimos. Los editamos primero en forma de volantes para que los párrocos los difundieran en sus comunidades, y después se vio la necesidad de editarlos en forma de libro. Y hoy lo ofrecemos a todas las familias católicas de Chile y del continente que lo quieran utilizar. Incluso, si desean, lo pueden reeditar. No tiene derechos reservados, precisamente para que pueda ser reeditado en cualquier parte, eso sí, que con previa autorización de los autores para asegurar su fidelidad original.
Hoy estamos en presencia de una gran campaña proselitista a nivel continental. Los evangélicos pasan casa por casa invitando a los católicos a que los acompañen a orar con la Biblia. Ello, en sí no tendría nada de malo, al contrario. Pero es un hecho que, muchas veces, bajo el pretexto de leer la Biblia, lo que realmente pretenden es arrebatar la fe de los católicos y hacerlos cambiar de religión. Y esto, además de ser proselitismo barato, es una falta de respeto y de caridad hacia las personas que, no habiendo tenido una mayor formación bíblica, no saben defenderse.
La Iglesia Católica está por un sano ecumenismo y ojalá llegue el día en que se logre la tan anhelada unión entre cristianos, pero, mientras tanto, hay que dar una respuesta a esta necesidad del momento. Tenemos que ser muy claros y precisos a la hora de exponer los postulados de nuestra fe y tomar las providencias necesarias para no dejarnos arrastrar por las sectas.
Aquel día nació la inquietud de hacer este librito. Había que preparar algo para que los católicos pudieran defenderse de los embates de las sectas. Es un hecho que las sectas pasan por las casas y hacen una gran labor proselitista, muchas veces basándose en la poca o ninguna cultura bíblica de muchos católicos, que no saben qué contestar a las preguntas y dificultades que les plantean los evangélicos, Testigos de Jehová, etc. Y fácilmente los dan vuelta y los cambian de religión.
Y, ¿cómo se hizo este trabajo? Se hizo juntando el carisma de dos sacerdotes, el del P. Pablo Dierckx y el del P. Miguel Jordá. Los dos nos convencimos de esta urgente necesidad pastoral y nos pusimos manos a la obra. El P. Pablo es un franciscano que trabaja en la comunidad altiplánica de Iquique y cada cierto tiempo escribe una carta a sus feligreses para que profundicen algún tema y lo estudien. Después de conocer aquel material, le propuse a mi amigo Pablo redondear aquellos Temas y editarlos para que le sirviera a todo Chile.
Y así lo hicimos. Los editamos primero en forma de volantes para que los párrocos los difundieran en sus comunidades, y después se vio la necesidad de editarlos en forma de libro. Y hoy lo ofrecemos a todas las familias católicas de Chile y del continente que lo quieran utilizar. Incluso, si desean, lo pueden reeditar. No tiene derechos reservados, precisamente para que pueda ser reeditado en cualquier parte, eso sí, que con previa autorización de los autores para asegurar su fidelidad original.
Hoy estamos en presencia de una gran campaña proselitista a nivel continental. Los evangélicos pasan casa por casa invitando a los católicos a que los acompañen a orar con la Biblia. Ello, en sí no tendría nada de malo, al contrario. Pero es un hecho que, muchas veces, bajo el pretexto de leer la Biblia, lo que realmente pretenden es arrebatar la fe de los católicos y hacerlos cambiar de religión. Y esto, además de ser proselitismo barato, es una falta de respeto y de caridad hacia las personas que, no habiendo tenido una mayor formación bíblica, no saben defenderse.
La Iglesia Católica está por un sano ecumenismo y ojalá llegue el día en que se logre la tan anhelada unión entre cristianos, pero, mientras tanto, hay que dar una respuesta a esta necesidad del momento. Tenemos que ser muy claros y precisos a la hora de exponer los postulados de nuestra fe y tomar las providencias necesarias para no dejarnos arrastrar por las sectas.
El protestantismo que proviene de Alemania y de Europa es, en general, bastante respetuoso hacia los católicos. Pero las sectas provenientes de Estados Unidos y de otras partes de América Central suelen ser muy atropelladoras de la dignidad de los católicos y tratan de imponerse por la fuerza, asustando a la gente y tergiversando textos bíblicos.
Queridos amigos, católicos y evangélicos: con este trabajo no deseamos polemizar. Estas páginas son muy sencillas y mantienen un tono respetuoso y coloquial, que es justamente el que el P. Pablo utiliza al dirigirse a las comunidades del Altiplano y representa una conversación del sacerdote con sus feligreses; y a veces también con los mismos hermanos evangélicos. Esperamos que los temas, leídos una y otra vez, les ayuden a comprender mejor nuestra fe y a saber dar razón de su esperanza.
Que el Señor y la Santísima Virgen bendigan este trabajo que se ha realizado con mucho cariño. Y. Conforme a las palabras del Apóstol Pedro: “Que cada uno, con el don que ha recibido, se ponga al servicio de los demás, como buenos administradores de la múltiple gracia de Dios” (1 Pedro 4,10).
P. Pablo Dierckx y el del P. Miguel Jordá.